El don de la Hna. Celina Guido

“Ven esposa de Cristo, recibe la corona que desde siempre te ha sido preparada”

Ayer, 20 de noviembre de 2020, nuestra querida Hermana Celina Guido ha partido a la casa del Padre después de 80 años de consagración religiosa y 100 de vida, cumplidos el pasado 7 de octubre.

El covid19 ha robado otra víctima, pero nosotros hemos ganado otra santa en el cielo, la Hna. Celina ha sido un gran don para nuestra Familia religiosa, para las comunidades donde ha estado, la última en Cerisano (Italia), donde ha celebrado su cumpleaños número 100 con la visita del Obispo Mons. Nolé y el Intendente Lucio di Gioia, y otros amigos y hermanas.

Aquí transcribimos algunos testimonios que nos acaban de llegar:

Después de una vida vivida en la fidelidad, el abrazo eterno con el Esposo.

Mi alma exulta y se alegra en el Señor, porque en el camino de la vida he encontrado a la Hna. Maria Celina, cuyo nombre de bautismo era Rosaria Guido.

Religiosa del Instituto del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado, ha vivido su misión de consagrada por muchísimos años en la casa de Cerisano, en el silencio obrante y en el humilde escondimiento.

Gracias, Hna. Celina, por tu grande fe tejida de esperanza y alegría. Gracias por tu gran amor y tu entrega sin reservas a las niñas, adolescentes y jóvenes que acogía la familia de Madre Carmela. Has sido madre, hermana, amiga capaz de aceptar los pro y los contras, de compartir las alegrías y los sufrimientos, de hacer latir tu corazón al rimo de los jóvenes que se te habían confiado.

Gracias por tu oración incesante, tejida de palabra de Dios, de un gran amor a la Virgen María y de un sereno abandono en Dios.

Gracias por tu presencia libre y liberadora, por tu sonrisa, por tu desinterés por el suceso y el primer puesto, para lograr hacer felices a los demás. Querida Hna. Celina, quedarás como una gota de rocío sobre una hoja en el desierto. Quedarás en el corazón de todos nosotros porque has sembrado sólo Amor.

Hasta pronto en Dios, Hna. Celina, Carmelo de Cerisano

Y así, en una lluviosa tarde de noviembre, nos hemos enterado que la querida Hna. Celina ha dejado este mundo terreno para volver a la Casa del Padre. Apenas cumplidos sus 100 magníficos años, una dura prueba se le ha presentado. Con fe y sin abandonar jamás su dulce y discreta sonrisa que la distinguía, se ha preparado para el encuentro con el Padre Celeste. La Hna. Celina deja en el corazón de cada uno de nosotros un ejemplo luminoso de bondad, oración, sacrificio, dedicación, obediencia.

La encomendamos con cariño al Señor y rezamos para que Él la reciba en el gozo de su morada eterna.

A todas las Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado expresamos nuestro más sentido pésame.

Confraternidad del Rosario, Cerisano

Deja nuestra comunidad una gran mujer … Con su oración silenciosa y humilde ha logrado estar al lado de todos nosotros. Su única preocupación era que todos tuvieran lo que deseaban en su corazón. Ha sido una gran suerte encontrarte y ha tenido el honor de estrechar tus manos. Este era tu saludo común para todos: tender tus manos para acogernos, iluminarnos con tus ojos que transmitían el verdadero amor de Dios.

Gracias por haber testimoniado en nuestra comunidad la Fe en Dios, gracias por tus sonrisas. Estamos seguros que ahora, al lado de tu Esposo, estarás aún más resplandeciente y de allí continuarás a rezar por nosotros. Hasta pronto en Dios Hna. Celina.