Nuestra congregación nace a finales del siglo XIX en Sicilia, sacudida entonces por sanguinarias revoluciones.
Los nobles liberales-burgueses no soportaban la sumisión política a Nápoles y la perdida independencia de la Sicilia con su Parlamento y su Capital.
Sea los artesanos como los campesinos anhelaban una mejora de sus condiciones sociales, por eso y por distintos motivos, la rabia de unos y otros brotó con violentas revoluciones. La última fue aquella de 1848.
La restauración borbónica trajo una paz sólo aparente.
El pueblo y el clero, que habían sido los protagonistas de la unificación de Sicilia con Italia, se encontraron desilusionados. El estado liberal hegemonizado por masones y anticlericales, por capitalistas y feudales mostró bien pronto su verdadero rostro antirreligioso y antipopular.
Se inicia una campaña denigrante de sacerdotes y religiosos, luego se favorece la propaganda protestante y de varias sectas, se establece la prioridad del orden público ante todo pedido de justicia social, para luego emitir una serie de leyes que traerán como efecto una profunda división entre el Estado y el pueblo siciliano.
Este es el contexto socio-eclesial en el que nace nuestra congregación. Dirá Madre Carmela: “El instituto del Sagrado Corazón surge entre las tinieblas del error, para encender en la Iglesia la antorcha de la verdad”.
La joven fundadora, con la ayuda del sacerdote diocesano Pbro. Emmanuele Calì y la autorización del Arzobispo de Palermo, Cardenal Michelangelo Celesia, seguida por otras 4 jóvenes, dio inicio a la nueva fundación el 14 de septiembre de 1884. Muy pronto de la Sicilia desembarcó en Roma, luego en Calabria. En 1951 las primeras misioneras parten hacia Brasil y luego a la Argentina (1981), a Canadá (1981), a México (2001) y a Palestina (2010).