En este nuevo número de nuestro boletín les queremos dar particular ensalce al Corazón de Cristo Señor, y exhortar, con fe renovada, a tomar ahora más que nunca, de la fuente viva del Corazón Eucarístico del Verbo Encarnado, la mayor y fecunda nutrición espiritual para nuestra vida.
Nuestra Venerable Madre Carmela, cuando contemplaba constantemente la misericordia del Corazón abierto del Verbo Encarnado, escribía: “El Sagrado Corazón es esa fuente divina de la que brota el agua saludable que quita eternamente la sed” y en el informe espiritual a su Confesor, el 17 de noviembre de 1900, ella escribía:
“El amor es esa llave misteriosa que abre el rico portón de este místico jardín, el amor es esa llave misteriosa que abre los más íntimos secretos de mi Corazón e introduce allí a las almas amadas por mí para conversar conmigo, con la mayor espontaneidad, sobre los intereses de la gloria de mi Padre Divino, y de gustar y gozar de las delicias más dulces de mi amor y vivir en un paraíso de delicias y dulzuras para hacerlas partícipes de todos los secretos más íntimos de mi Corazón”.