Una tarde diferente vivimos el pasado sábado 5 de febrero en la casa del Gobierno General de la Congregación.
Rezamos un rosario meditado por las vocaciones, por cada vocación en la Iglesia, durante el cual armonizamos reflexiones con símbolos, que en cada misterio rezamos por las diferentes vocaciones: familiar, sacerdotal, religiosa, laical, misionera.
La Virgen Santa María fue entronizada en nuestra capilla. Cada hermana participó con tanta fe y alegría porque en la oración fuimos, como siempre, una voz que intercede por las necesidades del mundo entero, en armonía con el Evangelio del 5to domingo del tiempo ordinario donde presenta Lucas 5:1-11 el llamado que nos hace Jesús a ser “pescadores de hombres” siguiendo su “Palabra”.