Ayutla, 03/04/2020
La Pandemia que desde hace algunos meses se ha difundido en todos los países de la Tierra, con sus visibles consecuencias, ha alcanzado también nuestro querido México.
Esta nueva realidad ha investido también la vida de nuestra comunidad y ha tocado el corazón de cada una de nosotras.
Nosotras, Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado, totalmente insertadas en la vida de la Iglesia y, específicamente en la vida de la parroquia de Ayutla, hemos ayudado con mucha alegría y disponibilidad a preparar y distribuir casi mil bolsones con mercadería para las familias más necesitadas de nuestro municipio.
El Señor, que nos ha permitido vivir y unir una experiencia de vida y de luz ante tantas noticias de muerte o de sombras oscuras, sea por siempre bendito y amado en cada rincón de la Tierra.
En esta Cuaresma 2020, tiempo fuerte y de purificación, hemos intensificado la oración de petición, de intersección y de alabanza, hemos experimentado nuestro ser creaturas con sus vulnerabilidades y sus potencialidades y hemos experimentado también la libertad de tener que elegir, cada día, qué posición asumir frente a esta crisis sanitaria mundial.
Nuestra Familia religiosa está rica de luminosos ejemplos de hermanas que han dado la vida por los otros. Una entre todas, fue nuestra amada fundadora, la Venerable Madre Carmela Prestigiacomo que, con sus gestos y sus palabras, ha sembrado tanto bien en la vida de muchos niños, hombres y mujeres de su tiempo.
Madre Carmela sabía mirar cada situación y persona con los ojos y el Corazón de Dios.
La Fundadora, por medio de obras de misericordia, regalaba a todos el “Sumo Bien” como solía llamarlo en sus escritos.
Madre Carmela contemplaba en la acción concreta la unión del hombre con el verdadero rostro misericordioso de Dios Padre. Ella vivía siempre unida a Jesús, al Sagrado Corazón y todo, todo, lo vivía en esta presencia. No estaba nunca sola, jamás.
Creemos que el Señor continúa encarnándose den la vida de las personas que en este momento sufren y dan la vida. Tenemos la gracia de acercarnos a muchas familias necesitadas físicamente, por teléfono y por internet, rezamos junto a la Iglesia toda, para que también estas familias, a través de un bien concreto, puedan descubrir y contemplar a Jesús, Sumo Bien, vivo y presente junto a ellas.
El bien es una decisión de todos los días. El bien es como un boomerang que vuelve siempre atrás… con las manos llenas.
Hna. Anna Lenti