Cristianos y no cristianos por la Paz!

Hermana Cleusa Carvalho, de la comunidad de Belén, envió a su testimonio sobre la experiencia vivida allí en los días pasados, cuando en la ciudad se celebró el habitua lmaratón por la paz, aquí están las palabras de la hermana Cleusa:
Desde 2013 se lleva a cabo en Palestina, una maratón por la paz, donde se encuentran tantas personas: niños, jóvenes, ancianos, cristianos y musulmanes y muchas personas con discapacidades que están acompañados de familiares o amigos. Todos esperan ansiosamente este gran día: día de celebración para todos, y con gran alegría, que salen de sus casas para participar, no es la carrera en sí, sino para compartir este momento histórico conquistado con tanto sufrimiento. Esta alegría es contagiosa para todos los transeúntes. No hay discriminación de raza o religión. Es lo que he observado cuando fui a la Manger Street (la calle donde se corre) para compartir con las personas. En ese momento el idioma no me impidió la comunicación con la gente. Incluso unos soldados me dijeron en inglés: “Hermana, saque una fotografía de grupo. Venga aquí”.

Con la Hna. Clementina nos quedamos mucho tiempo en la calle dando la bienvenida, con sonrisas y gestos de paz, a todos los que pasaban cerca nuestro. Curiosamente, muchas mujeres musulmanas nos saludaban y nos devolvía los mismos gestos en señal de alegría.
Puedo decir que cuando tenemos algo en común, no hay un muro de separación, incluso si físicamente existe, es real. Tenemos el muro que separa Palestina de Israel. Pero este evento es un gesto concreto de este pueblo gritando al mundo, llamando a la paz, una paz que sobrepasa todos los muros de división según lo declarado por Papa Francisco: hay que construir puentes, muros no.
El punto de partida de la maratón fue el frente de la Basílica de la Natividad. Creo que no necesito decir mucho acerca de este lugar santo. Todos fueron hacia el muro, y regresaron a la plaza, donde a continuación, se adjudicaron los trofeos y medallas. Escribir acerca de este evento es muy pequeño, no es posible describir la expresión de cada cara y las emociones vividas.
El Dios de la Paz conceda la paz a este pueblo que tanto la demanda.
¡Oremos por la Paz!