El don de la Hna. Celina Guido

El don de la Hna. Celina Guido

“Ven esposa de Cristo, recibe la corona que desde siempre te ha sido preparada”

Ayer, 20 de noviembre de 2020, nuestra querida Hermana Celina Guido ha partido a la casa del Padre después de 80 años de consagración religiosa y 100 de vida, cumplidos el pasado 7 de octubre.

El covid19 ha robado otra víctima, pero nosotros hemos ganado otra santa en el cielo, la Hna. Celina ha sido un gran don para nuestra Familia religiosa, para las comunidades donde ha estado, la última en Cerisano (Italia), donde ha celebrado su cumpleaños número 100 con la visita del Obispo Mons. Nolé y el Intendente Lucio di Gioia, y otros amigos y hermanas.

Aquí transcribimos algunos testimonios que nos acaban de llegar:

Después de una vida vivida en la fidelidad, el abrazo eterno con el Esposo.

Mi alma exulta y se alegra en el Señor, porque en el camino de la vida he encontrado a la Hna. Maria Celina, cuyo nombre de bautismo era Rosaria Guido.

Religiosa del Instituto del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado, ha vivido su misión de consagrada por muchísimos años en la casa de Cerisano, en el silencio obrante y en el humilde escondimiento.

Gracias, Hna. Celina, por tu grande fe tejida de esperanza y alegría. Gracias por tu gran amor y tu entrega sin reservas a las niñas, adolescentes y jóvenes que acogía la familia de Madre Carmela. Has sido madre, hermana, amiga capaz de aceptar los pro y los contras, de compartir las alegrías y los sufrimientos, de hacer latir tu corazón al rimo de los jóvenes que se te habían confiado.

Gracias por tu oración incesante, tejida de palabra de Dios, de un gran amor a la Virgen María y de un sereno abandono en Dios.

Gracias por tu presencia libre y liberadora, por tu sonrisa, por tu desinterés por el suceso y el primer puesto, para lograr hacer felices a los demás. Querida Hna. Celina, quedarás como una gota de rocío sobre una hoja en el desierto. Quedarás en el corazón de todos nosotros porque has sembrado sólo Amor.

Hasta pronto en Dios, Hna. Celina, Carmelo de Cerisano

Y así, en una lluviosa tarde de noviembre, nos hemos enterado que la querida Hna. Celina ha dejado este mundo terreno para volver a la Casa del Padre. Apenas cumplidos sus 100 magníficos años, una dura prueba se le ha presentado. Con fe y sin abandonar jamás su dulce y discreta sonrisa que la distinguía, se ha preparado para el encuentro con el Padre Celeste. La Hna. Celina deja en el corazón de cada uno de nosotros un ejemplo luminoso de bondad, oración, sacrificio, dedicación, obediencia.

La encomendamos con cariño al Señor y rezamos para que Él la reciba en el gozo de su morada eterna.

A todas las Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado expresamos nuestro más sentido pésame.

Confraternidad del Rosario, Cerisano

Deja nuestra comunidad una gran mujer … Con su oración silenciosa y humilde ha logrado estar al lado de todos nosotros. Su única preocupación era que todos tuvieran lo que deseaban en su corazón. Ha sido una gran suerte encontrarte y ha tenido el honor de estrechar tus manos. Este era tu saludo común para todos: tender tus manos para acogernos, iluminarnos con tus ojos que transmitían el verdadero amor de Dios.

Gracias por haber testimoniado en nuestra comunidad la Fe en Dios, gracias por tus sonrisas. Estamos seguros que ahora, al lado de tu Esposo, estarás aún más resplandeciente y de allí continuarás a rezar por nosotros. Hasta pronto en Dios Hna. Celina.

Con las manos llenas

Con las manos llenas

Ayutla, 03/04/2020

La Pandemia que desde hace algunos meses se ha difundido en todos los países de la Tierra, con sus visibles consecuencias, ha alcanzado también nuestro querido México.

Esta nueva realidad ha investido también la vida de nuestra comunidad y ha tocado el corazón de cada una de nosotras.

Nosotras, Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado, totalmente insertadas en la vida de la Iglesia y, específicamente en la vida de la parroquia de Ayutla, hemos ayudado con mucha alegría y disponibilidad a preparar y distribuir casi mil bolsones con mercadería para las familias más necesitadas de nuestro municipio.

El Señor, que nos ha permitido vivir y unir una experiencia de vida y de luz ante tantas noticias de muerte o de sombras oscuras, sea por siempre bendito y amado en cada rincón de la Tierra.

En esta Cuaresma 2020, tiempo fuerte y de purificación, hemos intensificado la oración de petición, de intersección y de alabanza, hemos experimentado nuestro ser creaturas con sus vulnerabilidades y sus potencialidades y hemos experimentado también la libertad de tener que elegir, cada día, qué posición asumir frente a esta crisis sanitaria mundial.

Nuestra Familia religiosa está rica de luminosos ejemplos de hermanas que han dado la vida por los otros. Una entre todas, fue nuestra amada fundadora, la Venerable Madre Carmela Prestigiacomo que, con sus gestos y sus palabras, ha sembrado tanto bien en la vida de muchos niños, hombres y mujeres de su tiempo.

Madre Carmela sabía mirar cada situación y persona con los ojos y el Corazón de Dios.

La Fundadora, por medio de obras de misericordia, regalaba a todos el “Sumo Bien” como solía llamarlo en sus escritos.

Madre Carmela contemplaba en la acción concreta la unión del hombre con el verdadero rostro misericordioso de Dios Padre. Ella vivía siempre unida a Jesús, al Sagrado Corazón y todo, todo, lo vivía en esta presencia. No estaba nunca sola, jamás.

Creemos que el Señor continúa encarnándose den la vida de las personas que en este momento sufren y dan la vida. Tenemos la gracia de acercarnos a muchas familias necesitadas físicamente, por teléfono y por internet, rezamos junto a la Iglesia toda, para que también estas familias, a través de un bien concreto, puedan descubrir y contemplar a Jesús, Sumo Bien, vivo y presente junto a ellas.

El bien es una decisión de todos los días. El bien es como un boomerang que vuelve siempre atrás… con las manos llenas.

Hna.  Anna Lenti

Una vida donada a Dios

Una vida donada a Dios

Testimonio de Madre Pierina Guido

20170201_082543[1]Yo tenía sólo 7 años cuando me encontré con nuestras primeras hermanas que llegaron a Cosenza: la hermana Dorotea y la hermana María Cristina, que dieron la bienvenida a los niños en su casa a fin de prepararlos para recibir el Sacramento de la Eucaristía. Asistí de inmediato porque tenía que hacer mi Primera Comunión. Así fue que me preparé y fui acompañada de numerosas niñas hacia el altar para recibir a Jesús, a quien yo tanto deseaba. Me había tocado en el corazón la dedicación, bondad y ternura de las hermanas. La Santísima Eucaristía se celebró en la Iglesia del Santo Crucifijo de la Reforma. Recibido a Jesús, sentí una fuerte emoción y el corazón inundado con tanto amor de Jesús y oí susurrar en mi alma, con infinita ternura: “Tú debes ser toda mía”, dónde y cómo las monjas que me habían preparado. Feliz le dije a mamá y a papá que quería ser una hermana, se sonrieron conmovidos, me abrazaron y dijeron: “Todavía eres pequeña, tienes que crecer, ser buena y rezar”.
Con el paso de los años la vocación se hizo sentir cada vez más. Asistía todos los días a la casa de las hermanas y con ellas me sentía feliz. Nos estaban preparando con la actuación y el canto para la venida de la Madre Fundadora; conmigo también asistían a mis hermanas y mi hermano Franco. Yo tenía entonces 10 años. Revelé el secreto a la hermana Dorotea que yo quería ser monja y ella me dijo de aprovechar esta oportunidad para hablar con la Madre, contesté que me daba vergüenza y me dio un monólogo: “mi secreto a la luz”, para aprender y recitar, y fue lo que hice.
La Madre escuchó con atención y abrazándome me dijo: “Eres demasiado pequeña, tienes que crecer, amar a Jesús y rezar, cuando tengas la edad de 15 años te recibiré con gran placer en Roma”. Yo estaba feliz y me conmovió la forma tan buena y  materna de la madre.
Llegada a la edad de 15 años, acompañada por la hermana Dorotea fui a Roma (era el 8 de mayo). A las 12.00 vino el Sacerdote para la Súplica a la Virgen (Una oración que se recita a la Virgen de Pompeya en Italia, n.d.t.) y yo me acerqué para recibir a Jesús.
Estoy en la Congregación con la edad de 91 años ya. Mi vida no ha sido fácil. A la edad de 25 años se ha presentado una oportunidad para abrir una misión; en mi entusiasmo juvenil me sentí como una segunda vocación: ir a un país extranjero y dar a conocer a Jesús y el Evangelio. Me ofrecierí voluntariamente porque sentí en mi corazón como una invitación de Jesús: “te has despojado de los tuyos, ahora despójate de tu tierra para ser completamente mía.”
En el año 1951, en noviembre, en un barco (Camporra) fuera de uso, con otras tres hermanas: la hermana Felice, la hermana Maria Stella y la hermana Guglelmina, desde Génova, me fui a Brasil. No se puede explicar las dificultades, las renuncias, los sacrificios, ni siquiera teníamos un hogar y sin medios, pero mientras que las otras estaban llorando, yo estaba tan feliz. Todo estaba bien para mí. ¡Es natural que también he sufrido! En un momento dado la misión estaba a punto de colapsar debido a las hermanas que, a causa de tantas privaciones, se enfermaron de tuberculosis y ofrecí mi vida para salvarlas con todo el ardor de mi corazón. Jesús me escuchó, me apareció un cáncer a los pulmones. Operada en San Pablo, me habían dado sólo dos meses de vida, pero después de las súplicas insistentes y adoración nocturna de las hermanas y las novicias (que tanto me amaban) me recuperé milagrosamente de los pulmones llenos de metástasis.
20170201_082425[1]He continuado a trabajar, por la gracia de Dios, yo he ocupado (a pesar de mi pobreza) muchos cargos: Superiora General 18 años; superiora local varios años; maestra de novicias; vicaria general y consejera. Puedo dar testimonio de que Él, el Maestro, ha estado a mi lado, haciendo todo él.
¡Ahora que lo pienso, me siento más y más pequeña e indigna de tanto amor! Desde mi corazón surgen acciones de gracia hacia el Dador de todo bien, pidiendo perdón de mi poca correspondencia.
Soy, sin embargo, cada vez más feliz de pertenecer a mi querido Instituto del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado y si naciera mil veces, mil veces más, quisiera hacer mi total entrega a Él, mi sumo y único Bien.

Hna. María Pierina Guido

Ponemos aquí una oración que Madre Pierina escribió ante la tumba de la Venerable Madre Carmela Prestigiacomo el día de su 75° aniversario de Consagración Religiosa:

1/11/2019 

Madre mia muy amada, con el corazón muy emocionado y desbordante de alegría, vengo a agradecerte por haberme recibido en el Instituto, vestido con el hábito religioso, profesado y guiado maternalmente en la tierra y luego desde el cielo hasta hoy, en que cumplo 75° aniversario de profesión.

Te ruego, Madre mia, de elevar conmigo al Señor, un himno de alabanza y de agradecimiento por haberme llenado de gozo y de dones celestiales a mí, ¡miserable e inmerecedora criatura! 

Puedo afirmar con sinceridad, que mi Esposo celestial, Jesús, ha caminado siempre junto a mí, guiándome, sosteniéndome, iluminándome, protegiéndome y obrando conmigo con atención e infinito amor! El poco de bien obrado es todo obra Suya, el mal es fruto de mi copa respuesta. 

¡Con el corazón lleno de lágrimas te agradezco y te pido íntimamente perdón, confiándome a su inmensa Misericordia! El poco de vida que me queda todavía, la ofrezco con todo el corazón en reparación por mis pecados y los de todo el mundo, por la Madre Iglesia,  por los sacerdotes y por mi amada Congregación. 

¡Bendíceme, Madre, e intercede por mí para que el buen Dios continúe acompañándome, concédeme la gracia de ser admitida a la Bienaventuranza Eterna junto a ti! 

¡Gracias Jesús! ¡¡¡Gracias Madre!!! Tu indigna hija

Hna. M. Pierina Guido

Madre Pierina il giorno del suo 75° di Consacrazione a Dio, nella casa Generalizia di Via Guattani, 7 – Roma

Testimonios

Testimonios

En el Bautismo se dignó a elevarme: hija, esposa y discípula- misionera.  

“El triple llamado”

Hna. Juliana Nacimento Garciajuliana

Bastó esperar el tiempo de Dios en mi vida para comprender el por qué de su demora. Soy la Hna. Juliana Nascimento Garcia, hija de Júlio Cardoso Garcia y Ana Maria do Nascimento Garcia. Tercera hija de este matrimonio, mi hermana mayor ya se encuentra en la gloria del Padre,  se llamaba Raquel, mi hermano Juliésio es el que sigue y yo soy la menor.  Nací en el estado de  Rondônia en una pequeña y lejana ciudad llamada Machadinho D’Oeste, lugar distante a los ojos humano, pero cercano a los hojos de Dios que me miró  me llamó. 

Un día para conmemorar…. día de fiesta, encuentro, alegría, marcado por una gran inquietud en lo más profundo de mi ser; tenía apenas 16 años de edad …

Era el 04 de febreo de 2003, en una mañana distinta a las otras, en la capilla de São João Batista yo era bautizada. Conciente de tan grande gracia que el Señor realizaba en mi vida, sentía en lo más profundo de mí el deseo de entregar mi vida a Cristo por medio de la consagración religiosa.

En ese mismo día el amado Señor se me presentó no solamente con la gracia del Sacramento del Bautismo, sino también con la gracia del Sacramento de la Primera Comunión y la confirmación del don de la vocación, respondida en ese momento con un llamado específico: “anunciar a Cristo y hacerlo conocer y amar por todos los hombres”. En ese mismo día una profunda inquietud me invadió: ¿Por qué no ser consagrada? Allí mismo se hacía presente el apelo y la respuesta, pues las Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado habían llegado desde hacía poco tiempo a esa ciudad y estaban presentes durante la celebración Eucarística de mi bautismo.

Ante tantas gracias que el Señor me concedió en esa mañana, un grande deseo alimentaba mi alma, el deseo de no pertenecerme más a mí misma, sino a Aquel que se dignó a convertirme en su hija y que me llamaba también a ser esposa, o sea “Consagrada” para anunciar su reino (discípula – misionera). Esa mañana, mientras recibía el don de la Eucaristía yo entregaba al Señor toda mi vida, en la oración decía: “seré tu consagrada, Señor”. Esa era la única certeza que tenía en ese momento, la de ser consagrada. No me quedaban dudas, el deseo de anunciar a Jesucristo, principalmente a aquellos que todavía no lo conocen, como yo misma no lo conocía.

juliana2Depues de algunos meses de acompañamiento vocacional, y decidida por lo que sentía en lo más profundo de mí, entré en la Congregación de las Hnas. del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado el 10 de julio de 2003 en la ciudad de Machadinho. Mi entrada se caracterizaba por una gran emoción y alegría ante tan precioso misterio que no se comprende con la razón humana pues es sólo una experiencia de fe.

El 1 de febrero de 2004 inicié el Aspirantado en esa misma comunidad, con el deseo de amar y donarme a Cristo por medio de la vida de oración.

El 4 de abril de 2005 fui admitida al Postulantado en la comunidad de Cacaulândia-Ro, y el año siguiente fui a Curitiba (sur de Brasil) para continuar la formación. Fue un tiempo de gracia, de autoconocimiento y de profundas experiencias del amor y la misericordia de Dios que me amó y me llamó.

Sintiendo cada vez más en mi ser el deseo de consagrarme a Dios inicié el Noviciado el 11 de febrero de 2007. Fue un tiempo precioso de constantes descubrimientos y experiencias que me enriquecieron profundamente en mi camino humano y espiritual. Agradezco a la Trinidad por haberme hecho experimentar su profunda misericordia en este tiempo de gracia.

Así el Señor me fue preparando para la verdadera entrega a Él, mediante la consagración el día 1 de marzo de 2009, cuando hice ante Dios y la comunidad que estaba presente, mis primeros votos. El sentimiento que brotaba dentro de mí era de tanta alegría que no cabía dentro, era como que si se desbordase, era de hecho, como si estuviese experimentando las dulzuras de tamaño DON recibido en mi “Consagración”.

Hna. Juliana Nascimento Garcia- S.C.V.E

¡50° años de Consagración a Dios!

¡50° años de Consagración a Dios!

Nuestra querida cohermana, Hna. 20150716_094608Giacinta Caligiuri, ha celebrado el 16 de julio de 2015, su 50° de consagración a Dios en nuestra Congregación de las Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado.

Para esta ocasión, ella ha querido transcurrir un mes en la comunidad de las hermanas en Belén. Llegada a la Tierra Santa, ha podido hacer una bella esperiencia visitando los lugares santos y viviendo fuertes momentos de silencio y de oración.

Ha querido prepararse a la renovación de su consagración con una jornada de retiro espiritual, vivido intensamente. Compartimos con ustedes las palabras que expresó a Papa Francisco, en junio, cuando participó a la audiencia general en la Plaza de San Pedro: “¡Estoy feliz de ser religiosa, si tuviera que elegir de nuevo, repetiría la misma historia!.

El jueves 16, por la mañana, se ha celebrado la Misa Cantada en la Gruta de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo. En esa Gruta santa han concelebrado los Frailes Menores Franciscanos, y ha presidido la celebración Fray Aquilino, quien al inicio de la Misa ha querido presentar a la Hna. Giacinta a la comunidad presente, resaltando la alegría de la consagración a Dios en estos largos 50 años.

Después de la homilía, la Hna. Giacinta, mirando la estrella, donde la tradición coloca el nacimiento del Niño Dios, ha renovado solemnemente sus votos de castidad, pobreza y obediencia, siguiendo las huellas del Verbo Encarnado y la Venerable Madre Carmela, nuestra Fundadora.

Su testimonio de alegría, simplicidad y fe ha sido recibido por todos aquellos que la han acompañado con mucha emoción, dando gracias a Dios por la obra que ha cumplido en ella.

Hna. Carmelita Fernandez de Oliveira

Hna. Carmelita Fernandez de Oliveira

Hna. Carmelita Fernandez de Oliveira

CELEBRACIÓN DEL JUBILEO

25 AÑOS DE CONSAGRACIÓN A DIOS EN TIERRA SANTA

 Te agradezco, Señor, por el don de la vida, por la vocación y la consagración a ti en esta Congregación del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado.

Deserto di Giuda

Deserto di Giuda

Para mí estar aquí, en Tierra Santa, además del grande deseo que tenía de venir, creo que ha sido un momento de “kairos”  de Dios.

He comenzado mi peregrinación en el Santo Sepulcro, con la Misa de Resurrección, y he terminado en la Gruta de Belén, con la Misa cantada de Navidad.

Todas mis jornadas aquí, han sido vividas con intensidad y gratitud, todo me ha hablado de Dios, aún el mismo desierto de Judá. Mi corazón exulta de alegría, sientro renovados mi alma, mi espíritu y toda mi vida; tengo un gran deseo de recomenzar un camino nuevo, recorriéndolo en la conversión cotidiana.

He vivido también, dos días de retiro espiritual en el Gestsemaní, donde he tenido la gracia de hacer la síntesis de mi vida consagrada. Agradezco a Dios por todo, especialmente a la Provincia del Brasil que me ha permitido estos días de gracia, a la Superiora General Madre Vittoria Valentino, y también a todas las hermanas de aquí: Hna. Clementina, Hna. Ruth y Hna. Martha, que me han ayudado en esta peregrinación. Dios bendiga a todas por todo el bien.

Con cariño Hna. Carmelita F. Oliveira

Belén, 7 de mayo de 2015.

Hna.  Juliana Nascimento Garcia

Hna. Juliana Nascimento Garcia

En el Bautismo se dignó a elevarme: hija, esposa y discípula- misionera.  

“El triple llamado”

Hna. Juliana Nacimento Garciajuliana

Bastó esperar el tiempo de Dios en mi vida para comprender el por qué de su demora. Soy la Hna. Juliana Nascimento Garcia, hija de Júlio Cardoso Garcia y Ana Maria do Nascimento Garcia. Tercera hija de este matrimonio, mi hermana mayor ya se encuentra en la gloria del Padre,  se llamaba Raquel, mi hermano Juliésio es el que sigue y yo soy la menor.  Nací en el estado de  Rondônia en una pequeña y lejana ciudad llamada Machadinho D’Oeste, lugar distante a los ojos humano, pero cercano a los hojos de Dios que me miró  me llamó. 

Un día para conmemorar…. día de fiesta, encuentro, alegría, marcado por una gran inquietud en lo más profundo de mi ser; tenía apenas 16 años de edad …

Era el 04 de febreo de 2003, en una mañana distinta a las otras, en la capilla de São João Batista yo era bautizada. Conciente de tan grande gracia que el Señor realizaba en mi vida, sentía en lo más profundo de mí el deseo de entregar mi vida a Cristo por medio de la consagración religiosa.

En ese mismo día el amado Señor se me presentó no solamente con la gracia del Sacramento del Bautismo, sino también con la gracia del Sacramento de la Primera Comunión y la confirmación del don de la vocación, respondida en ese momento con un llamado específico: “anunciar a Cristo y hacerlo conocer y amar por todos los hombres”. En ese mismo día una profunda inquietud me invadió: ¿Por qué no ser consagrada? Allí mismo se hacía presente el apelo y la respuesta, pues las Hermanas del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado habían llegado desde hacía poco tiempo a esa ciudad y estaban presentes durante la celebración Eucarística de mi bautismo.

Ante tantas gracias que el Señor me concedió en esa mañana, un grande deseo alimentaba mi alma, el deseo de no pertenecerme más a mí misma, sino a Aquel que se dignó a convertirme en su hija y que me llamaba también a ser esposa, o sea “Consagrada” para anunciar su reino (discípula – misionera). Esa mañana, mientras recibía el don de la Eucaristía yo entregaba al Señor toda mi vida, en la oración decía: “seré tu consagrada, Señor”. Esa era la única certeza que tenía en ese momento, la de ser consagrada. No me quedaban dudas, el deseo de anunciar a Jesucristo, principalmente a aquellos que todavía no lo conocen, como yo misma no lo conocía.

juliana2Depues de algunos meses de acompañamiento vocacional, y decidida por lo que sentía en lo más profundo de mí, entré en la Congregación de las Hnas. del Sagrado Corazón del Verbo Encarnado el 10 de julio de 2003 en la ciudad de Machadinho. Mi entrada se caracterizaba por una gran emoción y alegría ante tan precioso misterio que no se comprende con la razón humana pues es sólo una experiencia de fe.

El 1 de febrero de 2004 inicié el Aspirantado en esa misma comunidad, con el deseo de amar y donarme a Cristo por medio de la vida de oración.

El 4 de abril de 2005 fui admitida al Postulantado en la comunidad de Cacaulândia-Ro, y el año siguiente fui a Curitiba (sur de Brasil) para continuar la formación. Fue un tiempo de gracia, de autoconocimiento y de profundas experiencias del amor y la misericordia de Dios que me amó y me llamó.

Sintiendo cada vez más en mi ser el deseo de consagrarme a Dios inicié el Noviciado el 11 de febrero de 2007. Fue un tiempo precioso de constantes descubrimientos y experiencias que me enriquecieron profundamente en mi camino humano y espiritual. Agradezco a la Trinidad por haberme hecho experimentar su profunda misericordia en este tiempo de gracia.

Así el Señor me fue preparando para la verdadera entrega a Él, mediante la consagración el día 1 de marzo de 2009, cuando hice ante Dios y la comunidad que estaba presente, mis primeros votos. El sentimiento que brotaba dentro de mí era de tanta alegría que no cabía dentro, era como que si se desbordase, era de hecho, como si estuviese experimentando las dulzuras de tamaño DON recibido en mi “Consagración”.

Hna. Juliana Nascimento Garcia- S.C.V.E

Camila Farias Parlot

Camila Farias Parlot

Renata, Mariana e CamilaSoy CAMILA FARIAS PARLOT, nací el 6 de enero de 1993 soy hija de Adeilton Parlot e Maria Aparecida Farias Parlot, soy la tercera hija, antes de mí están Willian e Welida. He sentido la llamada de Dios cuando todavía era adolescente, me gustaba salir con mi familia y mis amigos, ir a bailar y practicar deportes. Participaba en la comunidad de São Miguel Arcanjo em Machadinho D Oeste/Rondônia, ayudaba en la comunidad como catequista, visitando a los enfermos, con el grupo de jóvenes y en la liturgia.

Con el ejemplo de vida y apostolado de nuestras hermanas, el deseo de servir al Señor fue aumentando cada día más, y el 7 de febrero de 2010 entré en la Congregación en Porto Velho, Rondonia, en la casa de formación. Me sentí muy bien recibida por las hermanas y por todos los que viven allí, hice bellas experiencias de Dios ayudando a los más necesitados.

Nuestra misión y espiritualidad es muy rica: contemplar el Corazón de Jesús Verbo Encarnado. El 2 de febrero de 2014 entré en el noviciado y una frase de nuestra querida Fundadora Madre Carmela va caminando conmigo durante este período de formación es

Prepare su corazón para ser el jardín del amor”.

Hna. Laura Cecilia Alaniz

Hna. Laura Cecilia Alaniz

Escondida en el Corazón del Verbo

Una parola, una voce, uno sguardo, sono bastati per fare crollare la moltitudine di sicurezze umane che pensavo bastassero per essere felice. Ma quella Voce, quella Parola, quel Seguimi” penetravano pian-piano nel mio intimo e mi riempivano di tante inquietudini. Inoltre quei desideri d’infinito che dormivano nel mio cuore, nell’attesa d’uscire, si svegliavano per dare senso a tutti i miei sogni e progetti. Il sentirmi amata, pensata, sognata, scelta da tutta l’eternità per un Amore che sorpassa i limiti di quanto io possa pensare, fare o immaginare mi colmava di gioia. Solo lì scopro il filo rosso che coinvolge tutta la mia vita e mi permette d’individuare in ogni momento e situazione che mi trovo dentro un progetto d’amore. È lì scopro che la mia vita è significativa; è lì che Lui mi si rivela facendomi prendere in mano la verità di me stessa: chi sono, cosa voglio? In questo contesto ho iniziato un cammino di discernimento, di libertà e costante ricerca della volontà di Dio.

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Ma come raccontare la squisita pace che ha riempito il mio cuore al momento della consacrazione religiosa? Come spiegare la gioia immensa di sentirmi amata? Come ringraziare il Signore che mi ha dato tanto facendomi sua sposa, di volermi accanto a Sé; di essere parte di un carisma a cui sono chiamata ad incarnare nella mia propria storia?

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E oggi convinta che non erano e non sono le mie forze, ma la SUA FEDELTÀ che mi ha condotto fino a pronunciare il “SÌ”, a scegliere Colui che riempie il tutto del mio essere qui e adesso; un SÌ a vivere come Lui ha vissuto; un SÌ che mi conduce al segreto della felicità autentica, che é quella di donare la vita perdendola; di scegliere la Via dell’Amore che dimentica di sé per fare spazio all’altro. Un SÌ che si rinnova ogni mattino perché non so quanto sarò capace, non so quanto sarò libera, ma la strada la so: “Prendere la Croce e andare dietro a Lui”.

Suor Laura Cecilia Alaniz (Argentina)