Espacio de la Espiritualidad

Jesús será su guía,

su asistencia,

su defensa,

su protección.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

La vida es como una jornada

de la cual la ancianidad es la noche.

Es necesario entonces emplear bien

todos los minutos de este día

para no encontrarnos con las manos vacías

en la noche de la rendición de cuentas

que debemos dar a nuestro divino Patrón.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Me hizo ver la Cabeza Adorable de Jesús

cual manantial inagotable de luz y verdad

que, como un torrente continuo e interminable,

se extiende continuamente sobre la tierra aclarando el error

y aportando aquella verdadera Sabiduría

de la cual sólo Él es el verdadero

e inefable Maestro.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Tu corazón será siempre

el teatro del amor y del dolor;

en el dolor tu alma encontrará el amor

y viceversa.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Mi Amabilísimo Jesús,

mi verdadero y único Bien,

Esposo amantísimo de mi alma,…

te adoro, te alabo, te bendigo

y te agradezco por tantos innumerables beneficios

que nos has concedido

por tu sola bondad y misericordia.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Corazón compasivo de María,

acompaña tú nuestro ofrecimiento

y nuestra promesa

con tus méritos y tus súplicas.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Ama mucho a Jesús,

estate siempre unida a Él en la oración

y en el ejercicio de las virtudes

y Jesús será todo tuyo eternamente.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Yo tengo tanta fe

que Dios vendrá en auxilio de su sierva,

pues Él que lee mi corazón

ve todas mis necesidades.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

En la humillación

y en el anonadamiento de su espíritu,

su alma con plena confianza

se abandonará en los brazos

de Aquel que es el Todo, el Infinito.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Todo podremos en Dios y con Dios;

si se suscitara aún todo el infierno,

estando Dios con nosotros seremos victoriosos

sobre todo y sobre todos.

Repose por lo tanto tranquilamente

entre los brazos de Dios y en la obediencia

y esté seguro que volverá la paz.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)