Espacio de la Espiritualidad

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Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Vigésimo quinto día:

“El Sagrado Corazón de Jesús, sostén en las tribulaciones”

Madre Carmela, en pocos renglones, expresa toda su fe y amor al Sagrado Corazón de Jesús en los momentos difíciles:

sc25El domingo pasado fue para mí un día demasiado amargo por las grandes tribulaciones sufridas, pero yo en el extremo de mi dolor, me abandoné totalmente en Jesús, en su adorable Voluntad; solamente a Él elevé mi corazón y mi mente, quedando toda dentro su Corazón divino, en un total abandono de mi espíritu en los brazos de la divina Omnipotencia. Haciendo así, mi espíritu ha quedado en una gran paz, tranquilidad y seguridad. (Escritos de la Fundadora, Vol. II, pág. 11)

La Sierva de Dios nos enseña a través de su actitud:

  1. En el extremo dolor sabe abandonarse totalmente en Jesús, en su Corazón divino, dejándolo obrar sólo a Él.
  2. El don del abandono total en el Corazón de Jesús es la paz, la tranquilidad y la seguridad.

Hoy verificaré cómo enfrento las tribulaciones y luego me abandonaré con fe y amor en el Corazón divino de Jesús, para que Él obre en mí lo que desee.

Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Vigésimo cuarto día:

“El Sagrado Corazón de Jesús, ofendido por los pecados de los hombres”

Escuchemos lo que ha vivido Madre Carmela en el 1903:

sc24Durante la oración continué con tantos sufrimientos morales y físicos que no tenía fuerza para nada. Fui a comulgar en este estado tan doloroso para mi espíritu. Apenas recibí esa Ostia santa y divina, Jesús se acercó a mí, con palabras de indecible amor me decía así: “Estoy obligado a venir otra vez a la tierra y sostener de corazón todas las penas y los dolores, hasta la ignominiosa muerte de cruz por medio de tu alma. Te negarías tú a aceptar este honor al que mi amor quisiera elevarte, eligiéndote como compañera inseparable de mis dolores? Entra un poco en los secretos más íntimos de mi Corazón. (Escritos de la Fundadora, Vol. II, pág. 233)

De este bellísimo testimonio podemos reflexionar:

  1. Es en la oración, sobre todo en la Eucaristía celebrada y recibida con verdadera devoción, que Madre Carmela tiene sus experiencias más íntimas y fuertes con el Señor.
  2. El Señor, cuando encuentra un corazón amante y disponible como el suyo, lo asocia a su pasión, para continuar la obra de redención por los pecados de la humanidad.
  3. ¿Rechazaríamos nosotros de ser compañeros de en los dolores de Cristo? O, como Madre Carmela, ¿nos ofreceremos generosamente para continuar la obra de redención?

Hoy, viviendo con todo el corazón mis momentos de oración, sobre todo la Santa Misa, me ofreceré generosamente al Señor para continuar en la Iglesia, la obra de redención que Cristo ha cumplido.

Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Vigésimo tercer día:

“El Sagrado Corazón de Jesús y el misterio de la Encarnación”

Escuchemos un informe espiritual que la Sierva de Dios hace a su director:

sc23Me mostró Corazón divino en el momento de su primera aparición en el mundo, es decir en el momento de su nacimiento en la tierra, y me decía así: “Hija dilecta de mi amor, entra en lo más secreto e íntimos penetrales de mi Corazón, allí con templa cómo en mi primera aparición en el mundo  de las tinieblas interiores en las que había estado por nueve meses en el seno de mi purísima e inmaculada Madre, pasé a las tinieblas exteriores del pecado en el que estaba infectado todo el género humano. De aquí a mi dura muerte en cruz que cumplió la obra de la redención y de la salvación. (Escritos de la Fundadora, Vol. IV, pág. 137)

Aquí Madre Carmela nos ayuda a contemplar el misterio de la Encarnación desde otra perspectiva:

  1. Ella contempla el Sagrado Corazón de Jesús durante el tiempo de su gestación como un estado de tiniebla interior, en el que el Verbo Eterno e Infinito del Padre se ha encerrado.
  2. Contempla también su venida en la tierra como un contrasto entre la tiniebla del pecado que envolvía a la humanidad antes de la redención y su luz indecible que tenía como Verbo Encarnado.
  3. Su caminar en la tierra llega a su culmen en la cruz para la salvación de la humanidad.

Hoy yo también contemplaré el grande misterio de la encarnación del Verbo, los sentimientos de su Sagrado Corazón y la obra de la salvación que ha cumplido.

Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Vigésimo segundo día:

“El Sagrado Corazón de Jesús, sujeto de nuestro apostolado”

A una hija suya, Madre Carmela, escribe estas simples pero profundas palabras:

sc22Aquí está tu Jesús, tu amor, tu todo. Entra en su Corazón Divino, escóndete dentro esa llaga divina, haz de todo para que muchas almas, por medio tuyo, lleguen a habitar allí para vivir sólo de Él, con Él, en todo tiempo de su vida. Reza por mí. (Escritos de la Fundadora, Vol. IV, pág. 181)

De estas sentidas palabras, podemos sacar para nuestra reflexión:

  1. Verdaderamente Jesús es el centro del corazón no sólo de Madre Carmela, sino de sus hijas también, ella quiere que todos lo amen como ella.
  2. En la medida que estaremos injertadas en su Divino Corazón, en su llaga divina, podremos ser reflejo de su amor para que muchos se abran a su gracia.

Hoy pediré la gracia de vivir sólo para Jesús, de morar en su Corazón Santísimo y de ser instrumento de su gracia para los que me rodean.

Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Vigésimo día:

“El Sagrado Corazón de Jesús, sede de la justicia, la santidad y la misericordia divina”

Madre Carmela escribe a su confesor, ayudándole en un momento de prueba, e le manifiesta lo que el Señor le ha hecho sentir:sc20El Amante Señor me decía así (hablaba respecto a usted): “Para que él sea verdaderamente justo ante mí, como hijo queridísimo de mi Corazón, es necesario que sea purificado con la mirada de mi Justicia y Santidad, pero mi misericordia, mi benignidad, mi dulzura, mi amor infinito, templan mucho el rigor de mi divina Justicia. Mi mirada vigilante está orientada siempre a él, guía sus pasos, sostiene la vida, ilumina sus potencias, dirige sus sentimientos, santifica las tendencias de su corazón, frena sus movimientos y endereza su espíritu hacia el sendero de la eternidad. Él, cual siervo fiel, e hijo dulcísimo de mi Corazón, dirija la mirada de su corazón a mí, se abandone totalmente en las manos de mi divina caridad”. (Escritos de la Fundadora, Vol. I, pág. 233)

Estas palabras pueden ser dirigidas a nosotros hoy:

  1. Es necesario pasar por la prueba para que nos hagamos dignos de la justicia y santidad de Dios. Su justicia no pesa, sino que es el sumo bien en el Ser divino y estamos llamados a asemejarnos a Él.
  2. Siempre la justicia de Dios está acompañada por su misericordia, su benignidad, su dulzura y su amor infinito; por este motivo podemos vivir la prueba con más fuerza.
  3. El Corazón dulcísimo de Jesús nos amad con un amor personalizado, único, sigue y guía a cada uno de nosotros de modo que todos alcancemos la meta deseada, sólo debemos abandonarnos a Él.

Hoy trataré de individuar en las pruebas que vivo, la mano divina del Señor, que me sostiene y me transforma según los sentimientos de su Corazón.