Jesús está con usted,
y Él solamente será todo su amor
y su eterna felicidad.
Ánimo entonces y
adelante en la senda de Dios.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Yo coloco en tu Corazón el pensamiento de mi suerte, ni la vida, ni la muerte más de mí se pedirá. Dime sólo que me perdonas, dime sólo que soy tuya, luego dispón de mí, oh Dios, como más te gustará.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Y bien, hija mía,
la presente vida
es un continuo sucederse
de alegrías y de dolores,
solamente arriba habrá una continua
morada de feliz tranquilidad.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
No dude,
Jesús está con usted
y Él es su defensa,
protección, asistencia.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Otro importante pensamiento abstrae también continuamente mi mente en estos tiempos y cual fuerza sobrenatural eleva en alto mi espíritu, es decir, el sentirme unida a aquellos mismos sentimientos divinos con los que Jesús cumplió sobre la tierra su obra, abandonándose a toda suerte de ignominias, de dolores y de la muerte de Cruz con la cual nos dio el último y gran testimonio de su amor.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Si bien del Corazón Amante de mi Esposo he gustado aún las dulzuras de su amor, todavía en este oficio se ha dignado destinarme el Amante mi Bien, a ser compañera del amargado Corazón suyo, haciéndome partícipe de las amarguras que continuamente recibe por la ingratitud y las perversidades de los pecadores.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Obedezcan antes que nada
de buena gana…
Obedezcan sin pesar,
sin rabia, sin murmuración,
sin disputar,
de modo que no muestren
ninguna repugnancia
en hacer cuanto les sea ordenado.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
A sor… para que aprenda
de Jesús en el huerto
a ser plenamente conformada
al Querer divino
en todas las circunstancias de la vida.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Estréchate fuerte a Jesús
y unida a Él todos los tormentos,
las penas, los dolores
te parecerán dulces y suaves.
Ama a Jesús y vivirás feliz.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
El pleno conocimiento de nuestro nada nos lleva a reconocer que Dios es grande, Él sólo es el todo, Él sólo es la verdadera realidad y que nosotros no somos otra cosa que polvo y ceniza, sólo dignos de ignominia, de desprecio.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)