Novena de Navidad
6º Día: Jesús, promesa del Padre
“…Dios nos prometió la salvación eterna… por eso el Hijo único de Dios debía venir al encuentro de los hombres y asumir la naturaleza humana”.
G/. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
T/. Amén
Canto inicial o una oración de adoración (si se hace la exposición).
1º Lect.: De la carta a los Hebreos (Heb. 1,1-4)
1Después de haber hablado antiguamente a nuestros padres por medio de los Profetas, en muchas ocasiones y de diversas maneras, 2 ahora, en este tiempo final, Dios nos habló por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien hizo el mundo.
3 Él es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser. Él sostiene el universo con su Palabra poderosa, y después de realizar la purificación de los pecados, se sentó a la derecha del trono de Dios en lo más alto del cielo. 4 Así llegó a ser tan superior a los ángeles, cuanto incomparablemente mayor que el de ellos es el Nombre que recibió en herencia.
Canto
2º Lect: De los Escritos de Madre Carmela .
“Antes que nada se me mostró a la mente el hombre apenas salido de la Omnipotente mano de Dios, hermoso como la sonrisa misma de Dios, adornado de aquella frescura que jamás se hubiera marchitado…
… Me lo mostró también desheredado de todas aquellas riquezas y privado de todas aquellas gracias y perfecciones a las que fue reducido después del pecado y necesitado de un reparador que viniese a elevarlo… de aquella extrema miseria en la que había caído.
Contemplé en esto la infinita Bondad de Dios, que teniendo piedad de la miseria humana y al mismo tiempo no queriendo que su obra, hechura misma de su mano omnipotente, fuese perdida para siempre, en el acto mismo de la caída de Adán ideó y estableció su resurgimiento por medio de su mismo Hijito, que también a su tiempo habría venido al mundo para reparar la ofensa hecha a Dios por el primer hombre y así devolver al hombre a la antigua amistad con Dios”.
Pausa de reflexión
Intercesiones
G/. Recemos para que todos los hombres adhieran al mensaje de Cristo y digamos juntos:
T/. Gloria a Dios y paz en la tierra.
- Señor, el universo se alegra en ti que vienes, así como el pueblo de la antigua Alianza cantaba tus sucesivas venidas: haz que sepamos acogerte con alegría en tu segunda venida.
- Señor, David cantó delante del arca de tu presencia y se maravilló porque fuiste hacia él: haz que seamos el pueblo cuyo Dios es el Señor.
- Señor, Abraham recibió tres extranjeros en la encina de Mamré y les sirvió las primicias de su trabajo: haz que sepamos servirte en los huéspedes.
G/. Oremos
Señor, nuestro Dios, que vienes a visitarnos y a sanar nuestras heridas, haz que preparemos tus senderos en la alegría y en el himno de acción de gracias por los dones con los cuales nos colmas. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Canto final