Espacio de la Espiritualidad

7˚ día: Aprendan de Mí

G/.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

T/.Amén

Canto inicial

Oración inicial

Oh servidor del Padre, hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz, Tú gritas tu sed de cumplir toda Escritura, Tú miras más allá de lo que te toca, más allá de lo que realizas. La agonía indecible de la cruz no te impide de estar ansiosamente atento a cada detalle de la Voluntad del Padre.

Tu Cuerpo desangrado arde de sed, las heridas candentes aumentan el deseo, el sol abrasador de mediodía te pega la lengua al paladar.

Pero Tú amas la voluntad del Padre más que tu vida y te ofreces una vez más para cumplir en Ti, con humildad inconcebible, lo que habían predicho los profetas.

Realmente tu noble corazón sólo tiene sed de todo cumplimiento que se te pide desde lo Alto.

Tú sucumbes para que nosotros vivamos, tienes sed para que nosotros bebamos del agua de la vida, ardes de esta sed para que de tu Corazón traspasado brote la fuente de agua viva. Tú tienes sed de mí, tienes sed de mi amor y de mi salvación.

1˚ Lect.: Del Evangelio según San Juan (13,1.12-13)

¹ Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, él, que había amado a los suyos que quedaban en el mundo, los amó hasta el fin.

¹² Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? ¹³ Ustedes me llaman Maestro y Señor; y tienen razón, porque lo soy. ¹⁴ Si yo, que soy el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, ustedes también deben lavarse los pies unos a otros. ¹⁵ Les he dado el ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.

¹⁶ Les aseguro que el servidor no es más grande que su señor, ni el enviado más grande que el que lo envía. ¹⁷ Ustedes serán felices si, sabiendo estas cosas, las practican.

Canto

2˚ Lect.: De los Escritos de Madre Carmela 

Hoy al comulgar concebí, más que otras veces, sentimientos de humildad, vi con más claridad mi nada, mi miseria, mi falta de correspondencia, mis defectos, mis imperfecciones, me humillé profundamente delante de Dios y, con el corazón herido de dolor, dije al Amoroso Jesús: “¿Y cómo, Jesús mío, te rebajas tanto para venir a mí que tan abominable soy a tus ojos? Y no sólo te me donas totalmente a Ti mismo en alimento y bebida, sino que además me dispensas todos tus favores, tus dones, tus gracias, tu amor a mí que soy la criatura más vil e ingrata a tus beneficios, a tus gracias?” Y Jesús, a su vez, todo bondad y misericordia, me respondió en este modo: “Tú te has dado toda a Mí sin reserva, y yo, de mi parte, me he dado todo a ti con mis dones, con mis gracias, con mis carismas. Vive de Mí mismo y propaga mi amor!”

Pausa de reflexión

Intercesiones

G/. Dirijamos con fe nuestra oración a Jesús, manso y humilde de Corazón y digamos:

T/: Danos tu Espíritu de Amor.

• Señor Jesús, concédenos que siguiendo tu ejemplo te amemos y sirvamos en nuestros hermanos con dulzura, humildad y generosidad.
• Señor Jesús, haz que tengamos los sentimientos de tu Corazón: la mansedumbre, la dulzura, y la benevolencia y de imitar tus virtudes.
• Señor Jesús, haznos testigos y promotores de la comunión y de la fraternidad que tienen sed los hombres.

G/: Oremos

Señor Jesús, manso y humilde de Corazón, une al ardor de tu generosa caridad nuestra oblación de amor, para que la humanidad entera sea un día toda recapitulada en Ti. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén

Canto final