Novena en honor al Sagrado Corazón de Jesús
1º día: Yo soy el Corazón del Verbo Encarnado
G/. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
T/.Amén
Canto inicial
Oración inicial
A ti nos presentamos, oh Dios omnipotente, infalible, infinito y bueno, a fin de que vuelvas tu mirada hacia nosotras e inclines tus piadosos oídos para escuchar nuestra plegaria.
Nos presentamos con fe, pero dolidas y confundidas con el más amargo dolor de haberte ofendido, nos postramos antes que nada a tus pies para rogarte piedad.
Oh, Jesús, tierno Esposo de nuestras almas, Tú nos has dicho: “donde se encuentren más personas reunidas en mi Nombre, Yo estoy en medio de ellas” y es dando fe a estas divinas Palabras que nosotras vivimos aquí reunidas; es la fe que tenemos en Ti que aquí nos retiene… porque nosotras no confiamos en otros sino en Ti sólo, que eres el Santo, el Señor, el Altísimo, el Omnipotente.
1º Lect.: Del Evangelio según San Juan (19,31-37)
31 Era el día de la Preparación de la Pascua. Los judíos pidieron a Pilato que hiciera quebrar las piernas de los crucificados y mandara retirar sus cuerpos, para que no quedaran en la cruz durante el sábado, porque ese sábado era muy solemne. 32 Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. 33 Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, 34 sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. 35 El que vio esto lo atestigua: su testimonio es verdadero y él sabe que dice la verdad, para que también ustedes crean. 36 Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ninguno de sus huesos. 37 Y otro pasaje de la Escritura, dice: Verán al que ellos mismos traspasaron.
Canto
2º Lect.: De los escritos de Madre Carmela
«Esta mañana, al recitar las Horas, Jesús se hizo todo a mí mostrándome su Divino Corazón del cual salía copiosamente agua y sangre y esta agua y esta sangre a modo de precipitosa corriente, se derramaba sobre mí, produciéndome tal plenitud de gracia y tal saciedad de Dios que me sentía venir menos por demasiada abundancia de gracia. En esos dichosos momentos Jesús me decía: “Esta agua y esta sangre sean para ti un saludable lavado para unirte más íntimamente a Mí, te purifiquen, te renueven en modo de desafiar valientemente las duras pruebas a las que serás expuesta durante el nuevo periodo de vida en la que estás ya adentrada».
Pausa de reflexión
Intercesiones
G/.Dirijamos con confianza nuestra oración a Jesús, manso y humilde de Corazón y digamos:
T/.Sagrado Corazón de Jesús, confío y espero en Ti.
- Te agradecemos, Jesús, porque nos revelas el misterio de tu inmenso amor, ayúdanos a testimoniar tu caridad.
- Tú que bendices a quien te bendice y santificas a quien confía en Ti, sálvanos de todo mal.
- Jesús Redentor que has vencido la muerte y has abierto las puertas a la vida eterna, concédenos de ser renovados en el corazón por la fuerza de tu Espíritu.
G/.Oremos:
Dónanos, Señor, la mansedumbre de tu Corazón para que podamos anunciar tu misericordia con la generosidad de tu perdón. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.