Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús
Décimo tercer día:
“El Sagrado Corazón de Jesús, océano inmenso de amor y dulzura”
La acción de Dios durante la oración, en Madre Carmela, es potentemente eficaz:
En el mismo momento en que me sentí atraer tan vehemente hacia Dios, entendí estas palabras: “Hija mía querida, abandónate libremente en los brazos de mi Providencia, sumérgete y reposa en el océano infinito de mi Corazón, allí serás revestida de nueva gracia y virtud, que te harán cada vez más conforme a mí, tu modelo y único fin”. Al sentir pronunciar estas palabras mi corazón abundó plenamente de dulzura y de amor de manera extraordinaria. (Escritos de la Fundadora, Vol. I, pág. 132)
Aquí está el fruto de la oración de Madre Carmela, que ahora podemos hacer nuestro:
- La Sierva de Dios siente una atracción tan fuerte hacia Dios que no puede quedar indiferente, se deja transportar por la acción divina.
- Ella siente que el Señor le ofrece aquello que más deseamos mientras vamos por nuestro camino en la tierra: estar abandonados en los brazos e Dios, descansando en el inmenso océano de su Corazón.
- La acción de Dios nos da un profundo amor y dulzura extraordinarios.
Hoy, en la oración, trataré de dejar obrar totalmente al Señor para que me atraiga a Sí y yo pueda descansar en el océano inmenso de su Corazón.