Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús
Décimo día:
“El Sagrado Corazón de Jesús, único fin del alma”
La sierva de Dios, Madre Carmela, escribe a una hija espiritual animándola y mostrándole el Corazón de Cristo como único fin de su vida:
Ten siempre fija la mirada en Dios y obra según su beneplácito divino. Mantente siempre estrechada a Jesús y Él será tu consolador, tu amigo fiel, tu consejero, tu divino amante, tu todo, tu vida.
Ánimo y adelante, siempre adelante, sin volverte nunca atrás. Sigue a Jesús con la cruz en la espalda, ámalo mucho y en su amor encontrarás la fuerza para cualquier sacrificio.
Te bendigo y te dejo dentro de aquel Corazón Divino. (Escritos de la Fundadora, Vol. I, pág. 14)
Esta carta nos sirve hoy todavía:
- La fe me debe llevar a tener como único fin en mi vida a Dios solamente, y a obrar sólo para complacerle.
- Manteniéndonos unidos a Él, Él será todo para nosotros: nuestro consolador, nuestro amigo fiel, nuestro consejero, nuestro amante divino.
- La unión con Jesús nos debe llevar a mirar siempre hacia el futuro, sin volver la mirada atrás, o lo que es peor: sin volver atrás nunca. Lograremos mantenernos siempre fieles sólo en su amor y unidos a su cruz.
Hoy me ofreceré con todo el corazón a Jesús para que sea él el único centro y fin de mi vida y le pediré de donarme las gracias necesarias para mantenerme siempre fiel a Él.