Novena en honor al Sagrado Corazón de Jesús
4˚ día: Yo soy el buen Pastor
G/.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
T/.Amén
Canto inicial
Oración inicial
Oh Jesús que tanto me amas, escúchame te ruego, que tu voluntad sea mi deseo, mi pasión, mi amor. Haz que yo ame todo lo que es tuyo; pero sobre todo que yo te ame a Ti sólo.
Dame un corazón tan lleno de ti, que nada pueda distraerme de Ti. Dame un corazón fiel y fuerte, que nunca tiemble ni se abaje; un corazón recto que no conozca los caminos tortuosos del mal, un corazón indomable, siempre listo a luchar, un corazón valiente, que no se eche atrás a la vista de los obstáculos; un corazón humilde y dócil como el tuyo, Señor Jesús.[1]
1˚ Lect.: Del Evangelio según San Juan (10,10b-18)
10b Yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia. 11 Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas. 12 El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. 13 Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.
14 Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí 15 –como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre– y doy mi vida por las ovejas. 16 Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor. 17 El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. 18 Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre».
Canto
2˚ Lect.: De los Escritos de Madre Carmela
El día de Pascua,… encontrándome en oración delante de mi amabilísimo Esposo y contemplando el misterio de la Resurrección, me entretenía en dulce coloquio con mi amado Bien cuando he aquí … se me representaron a la mente estas palabras: “Quiero compilar en ti todos los rasgos de mi vida, te quiero penitente, te quiero apóstola, te quiero orante”, etc.… El amoroso Jesús me hizo sentir: “Cela mi honor, cela mi honor, cuida mis ovejas”. A tales palabras yo humillada y muy conciente de mi nada, mi impotencia y la ineptitud a cualquier mínima cosa, le respondí: “Señor, tú ves la miseria, mi nada, mi impotencia. ¿Qué cosa puedo hacer yo, miserable? Y además, ¿acaso soy yo pastor de la Iglesia que tengo que atender tus ovejas?” a este punto se me presentó esta otra idea: “Debes saber que delante de Mí son todos una misma cosa y por lo tanto aquello que hace mi cabeza visible con las obras, puedes tú hacerlo con la oración. ¡Oh! ¡Si supieras cuánta eficacia tiene la oración bien hecha delante de Mí!” [2].
Pausa de reflexión
Intercesiones
G/.Dirijamos con confianza nuestra oración a Jesús, manso y humilde de Corazón y digamos:
T/.Jesús, buen Pastor, haznos instrumentos de tu amor.
- Señor Jesús, que te has dado completamente para traer la oveja perdida al rebaño, para vendar las heridas, para curar las enfermas, te rogamos por aquellos que se sienten perdidos y golpeados por momentos de desaliento.
- Jesús, buen Pastor, revístenos de humildad y de confianza para salir del estado de indiferencia en el que, seguido, nos encontramos.
- Jesús, Pastor divino, líbranos del corazón de piedra, frío e insensible y danos un corazón de carne.
G/.Oremos:
Señor Jesús, sostiene nuestra fragilidad con la fuerza de tu Espíritu y haz que en las distintas vicisitudes vividas a lo largo de la existencia no nos separemos nunca de Ti, buen Pastor, que nos guías con seguridad a las fuentes de la vida. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Canto final
[1] Santo Tomás de Aquino
[2] Vol. I, págs. 39-40, Informe espiritual a P. Emanuel Cali, 1883