Novena al Espíritu Santo o de Pentecostés
9º Día: Un don del Espíritu: Madre Carmela y su carisma
G/. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
T/. Amén
Canto o invocación inicial Secuencia del Espíritu Santo
1º Lect.: De la primera carta de San Pablo apóstol a los Corintios (1Cor. 12,4-7.11)
4 Ciertamente, hay diversidad de dones, pero todos proceden del mismo Espíritu. 5 Hay diversidad de ministerios, pero un solo Señor. 6 Hay diversidad de actividades, pero es el mismo Dios el que realiza todo en todos. 7 En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común. 11 Pero en todo esto, es el mismo y único Espíritu el que actúa, distribuyendo sus dones a cada uno en particular como él quiere.
Pausa de reflexión
2º Lect.: De los escritos de Madre Carmela
“Veía el eterno y simple acto con el cual Dios genera el Verbo de su misma e increada sustancia, veía aquella emanación espiritual e inefablemente pura, la maravillosa fecundidad que acaba produciendo un pensamiento, el cual es sustancia viva y hablante, y aquella inacabable procesión del Espíritu Santo, que es sustancial amor que termina y agota la vida de Dios, y sustancial beso que se intercambian el Padre y el Hijo”[1].
Pausa de reflexión
Intercesiones
G/.A la Virgen María, la Madre del Verbo Encarnado, que ha sido siempre dócil a las inspiraciones del Espíritu, pidamos que podamos ser, como ella, instrumentos eficaces de su gracia. Con confianza digamos:
T/.Madre del Verbo Encarnado, haznos dóciles a la acción del Espíritu Santo.
- María que has esperado con los apóstoles el don del Espíritu ayúdanos a escuchar vivamente la promesa del Consolador.
- María, aumenta siempre en nosotros el deseo de la perfección y concédenos corresponder fielmente a la vocación que Dios nos ha dado.
- María, que con oración ardiente y constante has esperado el Espíritu Santo, dónanos la capacidad de proclamar la Palabra en todas partes, para poder ser un mensaje transparente para los que todavía no conocen a tu Hijo.
G/. Oremos
Dios, Uno en la esencia y Trino en las Personas, Espejo purísimo de santidad, genera el Verbo y da lugar a aquella inenarrable y divina procesión del Espíritu Santo y manifiesta en nosotros la grandeza de tus obras como lo hiciste en María. Por Cristo, nuestro Señor[2]. Amén.
Canto final
[1] Vol. IV, pág. 159, Poesías y Escritos varios, s/f
[2] Cf. Vol. II, págs. 59-60