Espacio de la Espiritualidad

4º Día: El Espíritu Santo es el nuevo Maestro

G/. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

T/. Amén

Canto o invocación inicial Secuencia del Espíritu Santo 

1º Lect.: Del Evangelio según San Juan( Jn 14, 23-27)

²³ “Jesús les respondió: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. ²⁴ El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió.

²⁵ Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. ²⁶ Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho.

²⁷ Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡No se inquieten ni teman!”.

Pausa de reflexión

2º Lect.: De los Escritos de Madre Carmela

“El Amor es el sendero derecho que seguramente conduce al cielo; todos los otros caminos, sin el amor, son oblicuos y nunca llegarán al deseado fin. El Amor es el alma de toda virtud y de toda obra buena. El Amor es aquella fuerza vital que todo hace soportar con humilde resignación y con invicta paciencia y constancia. El Amor nunca se acabará, dura y durará eternamente; todo terminará, todo pasará pero el amor quedará y sobrevivirá a todos los siglos…

Inspírese entonces en este Divino Amor, haga de él un verdadero tesoro para su espíritu, pida ardientemente al Señor que este Amor Divino lo penetre todo, lo investa y lo consume continuamente para Él, en modo que su vida no sea otra cosa que una continua manifestación de aquel eterno y divino amor que ha establecido su reino y su trono en su corazón”.[1]

Pausa de reflexión

Intercesiones

G/.Con la confianza filial que el Espíritu de Cristo suscita en nuestros corazones, elevemos la oración a Dios, Padre misericordioso, que escucha aquello que pone en el corazón y en los labios de aquellos que confían en Él y digamos:

T/.Venga a nosotros tu Espíritu, oh Padre

• Que tu Espíritu de Verdad, asista a los pastores de la Iglesia, a los maestros en la fe, a los teólogos, catequistas, consagrados, padres de familia y todos aquellos que tienen la misión de enseñar.
• Que tu Espíritu asista a aquellos, que con sus intuiciones y descubrimientos, han abierto nuevos senderos para la humanidad.
• Que tu Espíritu nos haga descubrir tu Palabra en lo cotidiano de cada día.

G/. Oremos

Oh Dios que en el misterio de Pentecostés nos has donado tu Espíritu como Maestro interior, que con corazón lleno de confianza nos hace gritar “Abba, Padre”, dona a la Iglesia corazones generosos, capaces de testimoniar el primado de la caridad. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Canto final

[1] Vol. III, pág. 63, Carta a P. Vincenzo Nardelli, o.p., Roma 22-25/10/1903