Pensamiento del día 19 de enero de 2017
Aquello que más en aquel instante tocaba, o para decir mejor, elevaba mi intelecto en una comprensión más íntima, era la visión de todos los sufrimientos pasados, presentes y futuros que el divino Corazón de Jesús experimenta por la ingratitud de los hombres y al mismo tiempo el amor y la generosidad infinita con la que se ofrece continuamente a su eterno Divino Padre por toda la humanidad.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)