Pensamiento del día 16 de noviembre de 2014
Si bien del Corazón Amante de mi Esposo he gustado aún las dulzuras de su amor, todavía en este oficio se ha dignado destinarme el Amante mi Bien, a ser compañera del amargado Corazón suyo, haciéndome partícipe de las amarguras que continuamente recibe por la ingratitud y las perversidades de los pecadores.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)