Espacio de la Espiritualidad

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Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Tercer día:

El Sagrado Corazón de Jesús, alivio en nuestros sufrimientos”

La sierva de Dios, Madre Carmela, es sensibile al sufrimiento interior de su Padre spiritual, y rezando por él, recibe la confirmación que el Señor no lo deja nunca solo en sus dolores:

sc3Luego en la Santa Comunión y rezando de nuevo por la P.V. (usted) Jesús, tan bueno, me lo mostraba de nuevo en el momento que la tomaba de la mano y la acercaba a su Divino Corazón y me decía: “Yo soy su alivio, su conforto, su fuerza, su vida”. Y al acercarlo a Sí, lo introducía totalmente en su Corazón diciéndole: “Aquí es el lugar de tu descanso en el tiempo y en la eternidad” (Escritos de la Fundadora, Vol. II, pág. 4).

De las palabras a P. Nardelli, podamos reflexionar para nosotros mismos:

  1. Es en la Santa Comunión que el Señor nos escucha y se manifiesta cada vez que lo recibimos con verdadero espíritu de fe, esperanza y profundo amor.
  2. Nuestra oración no puede quedarse sólo en el ámbito personal, tiene que ampliarse a las necesidades de nuestros hermanos, del mundo entero.
  3. También nosotros en el dolor, la tribulación, el cansancio, la depresión… tenemos la certeza que Jesús nos lleva de la mano y nos acerca a su Corazón amoroso para darnos nuevas fuerzas.
  4. ¡Creamos firmemente que en el Corazón de Jesús encontramos nuestro descanso ahora y siempre!

Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Segundo Día:

“El Sagrado Corazón de Jesus nos da nueva fuerza con su amor”

Leamos lo que hoy nos dice la Sierva de Dios, e un informe a su P. Espiritual, del 13 de agosto de 1901, en la que le relata cómo el Señor en la oración le ha concedido la gracia de la consolación espiritual, física y moral:sc2Hoy en la oración, y mejor dicho en el momento en que me preparavo para recibir a Jesús Sacramentado, me sentivo muy cansada y abatida por el gran sufrimiento físico y moral tenido hasta entonces. Con toda sensillez y total abandono en la adorable Voluntad Divina, dije más con el corazón que con los labios: “Jesús, estoy cansada, si Tú no vienes en auxilio de tu humilde sierva, quedará aplastada bajo el duro peso de la Cruz”.

Jesús, entonces, tuvo piedad de mi debilidad y acercándose, o mejor dicho, inclinándose hasta mí, me abrazó, me apretó a su Corazón, haciéndome descansar tanto mientras apoyaba mi cabeza a su Adorable pecho. Este descanso me dio nueva vida, nuevas fuerzas, nuevo vigor, nuevo espíritu. (Escritos de la Fundadora Vol. II, págs. 81-82)

A la luz de lo que Madre Carmela escribe, podemos reflexionar:

  1. Ella, como toda persona, siente el peso y el cansancio que a veces impiden de rezar bien, y de estar con todo el propio ser delante del Señor.
  2. Ella no se desanima por este motivo, sino que pide ayuda al Corazón Divino de Jesús, para renovar su vigor en el cuerpo y el espíritu.
  3. Su oración es simple y espontánea, el Señor viene al encuentro de sus necesidades con más gracias de las que ella le había pedido.
  4. Es en la contemplación que Jesús le hace sentir esta cercanía tan íntima a su Corazón Santísimo.

Pidamos, en esta jornada, de saber recurrir siempre al Señor y de acoger el don de su amor misericordioso, que se manifiesta a nosotros de manera aún más distinta de lo que queremos o imaginamos.

Mes en honor del Sagrado Corazón de Jesús

Primer Día:

“El Sagrado Corazón de Jesús nos empuja a amarlo como Él nos ama”

En una carta suya del 21/10/1900, la Sierva dei Dios Madre Carmela Prestigiacomo, escribe a suo padre spiritual con fervientes palabras. De ella aprendemos la fuerza de su corazón, su amor y la manera como  recurre a Jesús Sacramentado para encontrar allí toda la fuerza, aquí está el texto:

sc1Padre mío, me ayudi, por caridad, a amar a mi Dios; siento tanta necesidad de amarlo con todo mi ser, pero no sé amarlo. Veo que Dios no es amado y siento más necesidad de amarlo yo por todos, pero no sé cómo hacerlo como tendría que ser realmente, y lloro y gimo a los pies del Tabernáculo; siento también la necesidad de sufrir todo por Él, que ha sufrido tanto por mí y por todos; en fin, siento grande esta necesidad, de anar y de sufrir cualquier tormento, cualquier cosa por Jesús, por su amor solamente, para que todos lo amen, lo honoren, lo glorifiquen, en una palabra, para que sea renovado todo el género humano. (Escritos de la Fundadora, Vol. I, p. 184)

De este párrafo saltan algunas pautas que nos pueden ayudar para reflexionar: 

  1. Madre Carmela movida de amor por Dios, pide ayuda a quien la puede orientar mejor para vivir una experiencia más íntima con su Señor.
  2. El constatar de que Dios no es amado, la mueve a querer amarlo por todos, es un amor generoso, oblativo, no centrado en sí misma.
  3. El amor está acompañado por el sufrir, porque el Sagrado Corazón de Jesús ha sufrido para demostrar que su amor arriva hasta el extremo, a una muerte de Cruz.
  4. El amor empuja a desear la renovación de toda la humanidad, y ella se ofrece para este fin.

Pidamos en esta jornada la gracia de ofrecernos generosamente al Corazón Santísimo de Jesús, para que Él nos renueve y nos dé la fuerza de amar y sufrir como Él y Madre Carmela.