Como Rey te albergaré dentro de mi corazón, amándote con santo y puro amor… allí establecerás el trono ofreciéndote a mí como prenda y don.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Yo de mi parte, tengo toda la voluntad de querer a cualquier precio ser toda de Dios y hacer de mi vida una copia perfecta de aquel divino Modelo que ha hecho y sufrido tanto para atraernos a su amor.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Ánimo, Jesús está con usted aún en este estado de abatimiento y cansancio espiritual y con el pensamiento de esto basta para hacerlo sentir seguro y consolado.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Trata de sacar provecho (sirviéndote a tal fin de practicar la virtud) de todo lo que te sucede, ofreciendo todo a Jesús con resignación y amor; los sufrimientos espirituales puedes mirarlos sobre todo con espíritu de fe, como una prueba para tu vocación religiosa.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
¡El Espíritu Septiforme
descienda en nuestros corazones
y los queme, los encienda,
los consume de su Divino Amor!
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Jesús sólo
sea nuestro único principio y fin
en todas las acciones
de nuestra vida.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Mi Corazón goza en manifestarse a aquellas almas donde reina la humildad, donde la ciega obediencia forma su morada y finalmente donde mi amor prevalece.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Él es nuestro primer y último fin de todas nuestras acciones, de nuestras fatigas, de nuestros sacrificios. Elevemos, entonces, todos nuestros pensamientos, nuestros afectos, nuestros latidos, nuestras acciones.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Yo, humillada en mi nada, adoraba profundamente a la Sma. Trinidad, a quien debo toda alabanza, bendición, honor y gloria por todos los siglos de los siglos.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
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