Espacio de la Espiritualidad

Nosotros no podemos hacer don

más agradable a Dios

que el de consagrarle nuestra voluntad.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

¡El amor de Jesús

sea la única llama que arda continuamente

en nuestros corazones, que nos queme,

nos consume solamente por Él,

y nos haga una sola y misma cosa con Él!

(Venerabile Madre Carmela Prestigiacomo)

¡Cuánto es bueno Jesús,

que compadeciendo mucho nuestra debilidad,

nos favorece con sus celestiales consolaciones,

para tomar más ímpetu y caminar

más rapidamente por el camino de la cruz!

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Aquí está tu Jesús, tu Esposo divino,

que a ti viene todo amor,

para estrecharte a su Corazón divino.

Corre a Él, estréchate fuerte a su Corazón,

vive de Él con el cumplimiento perfecto de tus deberes,

con el ejercicio de tus virtudes y de la observancia de la Regla.

(Venerabile Madre Carmela Prestigiacomo)

Es la devoción a mi Cabeza Divina

que dará nuevamente a la Iglesia

la paz y la tranquilidad,

triunfando sobre todos los objetivos de satanás.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Mantente apegada a su Corazón divino,

vive continuamente abrazada a él,

ámalo mucho y él será tu escudo,

tu defensa, tu vida, tu todo.

Te bendigo de manera especial.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Yo, a ejemplo de María,

nestra dulcísima Madre y Maestra,

respondí solamente estas palabras:

“Señor, aquí está tu sierva y esclava

que ante el cielo y la tierra, hoy y para siempre

se declara solemnemente tu esclava perpetua,

totalmente abandonada en tus manos y a tu plena disposición”.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Ánimo y adelante en la senda de Dios,

ten siempre presente al amable Jesús,

Esposo divino de las almas

que en Él confían.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Jesús me decía así:

…la mirada de tu fe está siempre orientada a mí

en el furor de la tormenta,

y mi socorro y mi asistencia divina

estarán siempre prontos para defenderte.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)

Me hizo entender, además, la verdadera disposición

para acoger bien una semejante semilla

y radicarse en el corazón:

es la humilde simplicidad y el abandono perfecto

en las manos de Dios,

lo que lleva consigo a una plena

y total uniformidad con la Voluntad divina.

(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)