Jesús te llama,
escucha su voz divina,
corre a Él,
Él te quiere toda para Sí,
síguelo paso a paso,
ámalo con todo tu corazón,
vive sólo para Él.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Siento que mi espíritu continuamente se eleva a Dios, que continuamente soy atraída hacia Él solamente y que mi corazón exulta, se embriaga todo en Dios, nada continuamente en un océano de divinas delicias e inefables consolaciones.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
En aquel lecho divino yo he dormido el sueño del amor, he soñado el amor, aún durmiendo he aprendido el arte y la ciencia del amor, y he sentido renovar mi corazón en aquella fuente inagotable de su Divino Amor.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Jesús, te seguiré
donde vayas:
en las amarguras,
en las penas,
con tal que mi corazón
esté lleno de caridad.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Será esta luz divina que, cual reflejo infinito, resplandecerá sobre todas nuestras acciones y sobre toda nuestra vida, haciéndola santa y luminosa, de aquella misma santidad y de aquel mismo esplendor que de dicha luz recibirá.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Él ha nacido en un establo, desproveído de todo, ha vivido en la tierra necesitado de todo y ha muerto en la cruz privado de todo, ha elegido discípulos pobres y quiso que llevaran una vida pobre, yendo por el mundo a predicar el Evangelio.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
Contemplando la institución de la Eucaristía… me acosté con la mente y el corazón lleno de Dios, de su amor, de su infinita bondad y misericordia hacia nosotros por habésernos dejado todo sí mismo en el Sacramento de su amor.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
La devoción a mi Cabeza Adorable disipará todos los errores que el príncipe de las tinieblas suscita continuamente en las inteligencias humanas, renovará la tierra con su luz, dispersará las densas tinieblas del error, llamando a todos a mi Amor Divino.
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
¡Oh adorable y
siempre amable
Voluntad de Dios,
cuánto eres querida
por el alma que aspira
solamente a Dios y
en Él ha puesto únicamente
sus esperanzas!
(Venerable Carmela Prestigiacomo)
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