Pensamiento del día 15 de octubre de 2015
gran Doctora Santa Teresa,
yo deseo ardientemente
ser encomendada
de modo especial
a esta gran santa,
a la que yo profeso
una devoción particular.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
gran Doctora Santa Teresa,
yo deseo ardientemente
ser encomendada
de modo especial
a esta gran santa,
a la que yo profeso
una devoción particular.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
totalmente abandonada
en la Voluntad de Dios
gusta aún en esta tierra
un Paraíso anticipado,
aún si estuviera todo el infierno
armado contra ella,
ella está tranquila y serena
en la Voluntad de su Señor.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
amar a Jesús
en aquel modo
y con aquellas circunstancias
que Él, Sabiduría infinita,
ha dispuesto sobre mí
en sus divinos designios.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
más viles y miserables…
donde hacer fulgurar
la majestad de su gloria
y la grandeza de su imperio.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
de esta amable Voluntad de Dios
yo encuentro toda la razón
de mi más grande sufrir.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
vivir unida contigo,
en la dulce herida tuya
alegre habitación quiere formar.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
que realmente tiende
a formar de nosotros
una sola cosa con Jesús
es aquel de la continua y perseverante voluntad
de querer absolutamente
y exclusivamente todo lo que Dios quiere,
como lo quiere y cuando lo quiere.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
sobre el altar
de su Adorable Corazón…
para hacer llover
sobre todos
su infinita Misericordia.
(Venerable Madre Camela Prestigiacomo)
me fueron dirigidas
por la Excelsa Reina del Cielo:
¡Es querer de mi Hijo Divino
que se instituya otro orden
de Religiosas con el título de
“Perpetuo Rosario”,
y esto para que en el espacio
de veinticuatro horas no se acabe
el rezo del Santo Rosario!
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)
de oración y de acción
de manera que ésta sea
el reflejo de la otra,
y más el resultado y consecuencia
de todas aquellas operaciones
sobrenaturales y divinas,
de aquella gracia especial y celestial
de la que perennemente
es irrigado su espíritu
y sostenida la voluntad.
(Venerable Madre Carmela Prestigiacomo)