Pensamiento del día 7 de noviembre de 2014
sea tu único ideal,
sea para ti aquel manantial
puro y fecundo
que te haga vivir totalmente
en Él, por Él y con Él.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
sea tu único ideal,
sea para ti aquel manantial
puro y fecundo
que te haga vivir totalmente
en Él, por Él y con Él.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Comencé a renovar mis habituales ofrecimientos… en este modo presentaba este ofrecimiento en las manos de la Santísima Virgen, la cual, uniéndola a los méritos infinitos del Divino Cordero, hacía que el ofrecimiento fuese agradable en su presencia.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
con las inefables finuras
de su amor,
con sus dulzuras,
con sus favores,
con sus gracias divinas.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
y que su reino se establezca
en todos los corazones,
sea nuestra única aspiración!
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
El Espíritu Santo descienda copiosamente sobre mí y me haga una creatura totalmente nueva, viviendo sólo por Dios y por su Amor, anhelando solamente la gloria de Dios y el bien de las almas.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
apoya tu cansada cabeza
sobre mi Adorable Corazón,
allí encontrarás paz, descanso,
conforto, consolación
a tu abatido y atribulado espíritu”.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
En el misterio de la Unidad y Trinidad de Dios más que en cualquier otro misterio resplandece infinitamente toda aquella armonía y aquella divina perfección que forma el eterno y continuo éxtasis de admiración y de amor para todos los bienaventurados compresores del cielo.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
Me dijo Jesús todavía: “toda esta variedad de flores y de frutos que tanto adornan mi Corazón Divino, para formar por mis queridos un terrestre Paraíso, son todas las buenas obras, los actos virtuosos, los más grandes sacrificios, el más perfecto y consumido amor de todas mis almas elegidas”.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
La presencia de Jesús Sacramentado en nuestra casa me ha llenado el corazón de celestial consolación, de conforto, pensando que Él se ha dignado venir a habitar con nosotros.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)
El templo de la Santísima Trinidad sea entonces de hoy en adelante nuestro albergue, nuestra morada, nuestra única habitación, ahí nos encontraremos siempre reunidos, allí nos comunicaremos mutuamente, allí encontraremos toda nuestra consolación.
(Sierva de Dios Madre Carmela Prestigiacomo)